Ya es fin de semana, y esta semana no he escrito nada…que dejado que soy. La verdad es que no he tenido tiempo de nada porque teníamos que acabar una cosa en el trabajo y llegaba a casa a las 10.
Pero bueno, ya sin excusas os pongo un resumencillo del viaje a Austria.
Como siempre, en el avión hay que ir entretenido, que la gente se duerme. Yo puzzle y mi compañero pues fifa o algo así, que es lo que les gusta al 90% de los PSeros nacionales (¿no os cansáis?).

El hotel lo teníamos en Ischgl, un pueblo pequeñito pero con chorrocientos mil kilómetros de pistas para esquiar.

Los dos primero días fuimos a esquiar a Sankt Anton, y las vistas desde el huevo eran chulísimas.

Aunque esperábamos mucha nieve, la verdad es que no creíamos que fuese a haber tanta.

Lo mejor de todo Sankt Anton, y la razón por la que merece la pena ir es el Mooserwirt, un bar a mitad de pistas en el que hay un ambientazo a partir de las tres que da gusto.

A partir de esa hora, y hasta las 8 más o menos, puedes estar ahí escuchando canciones ridículas con sus bailes asociados y reírte con la cantidad de gente que hay allí haciendo exactamente lo mismo. Y ya que estás pues te tomas unas cervezas con ellos. Yo tome allí y se acabó, eso sí, una de cada. Si es que la cerveza no es lo mío…

Un día nos encontramos con gente de los que se tira fuera de pista pero por las lomas que no te da acceso el telesilla. Vamos, si ya cuesta andar con las botas, como para ponerse a escalar.

La comida pues…comida de pistas, pizza, espaguetis y en este caso apfelstrudel, usease pastel de manzana.

A partir del tercer día y durante cuatro estuvimos esquiando en la zona de Ischgl. La verdad es que había mucha más gente que en Anton, pero mucha menos que en cualquier sitio de España.

Y la nieve pues más de lo mismo, genial. Al principio del día muy dura pero luego un placer. Y como ya había calentado un poco, que llevaba 3 años sin esquiar, pues decidí tirarme por fuera de pista, que es más divertido si la nieve está un poco blanda. La verdad estaba aun un poco dura y casi me piño…

Ya que estábamos, al bajar por una de las pistas nos encontramos con un alud y me hice una foto.

La última foto de la nieve esta, mi gran estreno mundial esquiistico de mis orejeras. La envidia de todo el mundo, porque justo ese día se puso a hacer un viento del carajo.

Y ya está bien de nieve! Además de esquiar, estuvimos en Innsbruck. Una ciudad super bonita, con sus tranvías antiguos, sus calesas y sus arcos.

Yo me quedo con el cartel que para mi dice «Prohibido circular con camiones llenos de excrementos de vaca», pero vamos, es interpretación libre, jeje

Y el último día estuvimos en München (Munich). Aquí el ayuntamiento, con su reloj, en el que cada hora sus muñecos hacen un bailecito, al estilo Chitty Chitty Bang Bang (Me encanta, el primer baile robot, jejeje)

Comimos en el Hofbrauhaus, a base de codillo y cervezas de litro, un sitio enorme, con mesas corridas para dar de comer a muuuucha gente.

Mi coca-cola de medio litro queda enana frente a la cerveza…

Y ya está. Espero no haber sido muy extenso. El resto de fotos las podéis ver en picasa. Como curiosidad os dejo una foto de un semáforo de Munich. El de coches, peatones y tranvía todo en uno. Como para aclararse.

Fotos en picasa.
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