Hoy, y para el fin de semana, toca hablar de otro cuentecito. En este caso le toca al inefable Rumpelstiltskin. ¿Qué porque le toca a él? Porque el otro día salió en una conversación, en la mesa de al lado, y mis compañeros no sabían quien era. Así que, de primeras, podéis leerlo aquí.
Lo primero es decir que este no es un cuento clásico. Esta es una de las razones por las que no lo voy a destripar pues no se puede. No es un cuento bonito ni pone las cosas como un jardín de rosas ni comieron perdices. Como casi todos los cuentos que escribieron o copiaron los hermanos Grimm, poco tienen de cuentos de hadas, y mucho de oscuridad.
Aún así, con el paso del tiempo muchos de los cuentos de los Grimm se han ido suavizando y los han dejado bonitos para los niños. Hasta Hansel y Gretel son un poco moñas. Pero Rumpelstiltskin no, un cuento ferreo y con mala leche que parece no se consigue suavizar. Pero aún así algunos padres lo cuentan.
Si lo habéis leído del enlace anterior ya sabéis de que va. Sino el resumen breve es el siguiente:
Una chica tiene que convertir paja en oro, lo típico. Así que le pide ayuda a un duende que pasaba por ahi y a cambio le promete a un duende que cuando sea reina le dará a su hijo primogénito. Total, ¿quién iba a pensar que llegaría a ser reina? Maaal! Es un cuento de hadas. O bien eres pulgarcito o el gato con botas o eres reina o princesa. Total, que la chica llega a ser reina y tiene un hijo. Noooo! Que sorpresa. Llega el duende y le pide el hijo y ella ¿Hijo?¿Qué hijo? Al final el duende, que vio que la chica no tenía muchas luces, le dijo que si adivinaba su nombre le perdonaba. «Romualdo, Renato, Ribaldo» y demás nombres de la selección Brasileña no valieron.
Al final lo acierta porque lo oye a hurtadillas. Rumpelstiltskin! Bastante buena gente fue el duende que no le dijo «Ahora vas y lo deletreas». En cambio ¿qué hizo? Se enfadó, pateo el suelo e hizo un agujero del golpe. Según la versión se fue por el agujero o se le quedó una pata y en el agujero y tirando se le quedó dentro. Vamos un cuento para niños. Aunque pone que vivieron felices yo si fuese la reina miraría todos los días bajo la cama y dormiría con una escopeta.
En la imagen esta me recuerda un poco al conserje del colegio de los Simpsons.
Para mi es un cuento que lo tiene todo: Chicas, ruecas, duendes, oro y reyes avariciosos. El duende yo creo que es un poco Satanás, o alguien del infierno. Si miráis en la wikipedia, veréis que otro de los nombres que recibe es Barrabas. Buena gente el tal Barrabás, buena gente.
Como siempre, depende del tono con el que cuentes el cuento, tu hijo se reirá o dejará la luz encendida. No es lo mismo decir «Y el duende se fue dando brincos y vivieron felices» que «Y el duende se fue hacia el averno, lanzando improperios y jurando que volvería». Nunca contéis la segunda 😀
El mensaje del cuento es claro: No aceptes cosas de enanos que así como así van a visitarte cuando estás encerrada en una mazmorra. O lo que es lo mismo: En martes ni te cases ni te embarques.
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